La sesión de comunión de la preciosa Martina ha sido un reportaje muy especial tanto para su familia como para la fotógrafa, ya que la localización de la sesión de fotos tuvo lugar en el mismo sitio dónde se la hicieron sus padres para su enlace matrimonial. ¡La sesión de comunión fue todo un «deja vu»!

Sobre el 2015, realice unas fotografías a Nati y Antonio en el Cortijo de Alitaje, sin imaginar que casi 7 años después iba a realizar en el mismo sitio las instantáneas de su hija con motivo de su primera comunión. ¡Algo mágico, como si el destino tuviera algo que ver en esta conexión!

Para su boda, les propuse un sitio muy espectacular que está en Pinos Puente (Granada), a aquellos novios tan ilusionados. Y ahora para la comunión de Martina, les iba a sugerir ese lugar, cuando para mi sorpresa fueron ellos los que venían con la misma idea: realizar las fotos de Martina en este lugar tan mágico. ¿El destino?

Gracias a algunos contactos por la madre del novio, tuvimos la gran suerte que nos abrieran este cortijo del s. XVIII, que se dedicó durante mucho tiempo a la crianza de caballos. Por lo que volvimos hacer una reportaje en el mismo lugar, cerrando un poco el círculo, con unas fotografías muy parecidas a las de su madre, como la que tiene el ramo de flores en el portón.

Un lugar alucinante, unas niñas que ya véis lo guapas que son y unos buenos clientes de hace muchos años. ¡Estoy muy contenta con este reportaje, y para terminar, una gran edición! Lo que llamo un trabajo redondo y evocador, si no me crees te dejo con algunas fotos de la sesión.